viernes, 4 de febrero de 2011

Del marketing al amor

A los jóvenes amantes poco les importa lo comercial del Día de San Valentín. El 14 de febrero es la excusa perfecta para cenar en pareja.

“No pido amor ni fidelidad eternos, únicamente... la verdad, una franqueza ilimitada. El día que me digas ‘te amo menos’ será el último día de mi amor o el último de mi vida", si de historias de amor se trata, la pasión que develaba Napoleón por su esposa Josefina quedó plasmada en decenas de cartas y declaraciones públicas.

Lejos de vivir la alegría del amor, la última reina del Antiguo Egipto, Cleopatra, cae perdidamente enamorada del máximo general enemigo: Marco Antonio. Pero no tendrá un final feliz. El romano recibirá la falsa noticia de la muerte de su adorada faraona y se suicida. Al enterarse, la bella Cleopatra muere entregada al veneno de dos serpientes áspides.

Más cercano en el tiempo, la historia de Eduardo VIII –monarca inglés– y la estadounidense Wallis Simpson será de los recuerdos románticos de mayor trascendencia del siglo XX, que por amor el joven rey abdica al trono. Sin embargo, la máxima historia de pasión ocurrió sobre las tablas de un escenario: “Más miedo hallo en tus ojos que en veinte espadas de ellos”, le dice Romeo a Julieta en la obra máxima de William Shakespeare.

Por este motivo, el calendario no podría no tener un día dedicado especialmente a los enamorados. “Si bien su origen es netamente comercial –explica la sociologa Carola Chaparro–, la sociedad centró la festividad en un homenaje erótico-romántico en donde las parejas expresan su amor con regalos y salidas, concentrando en ese día la carga emotiva que enmarca en esta fecha, sobretodo, en las parejas jóvenes y solteras, que aún no tienen hijos”. En el santoral católico, el 14 de febrero es San Valentín: un monje mártir que en secreto unía en matrimonio a adolescentes enamorados. “En los últimos seis años, esta festividad se fue imponiendo de a poco con tanta fuerza como San Patricio o Halloween. Llegó a la Argentina de la mano de las campañas comerciales que estimulan el intercambio de obsequios y las salidas gastronómicas”, agrega la licencia Chaparro.

El 14 de febrero es un lunes distinto para los restaurantes de Buenos Aires. En Palermo Soho, uno de los centros gastronómicos de mayor crecimiento en la ciudad, se encuentra el restaurante afrodisíaco Te mataré Ramírez: “La idea del lugar es jugar con el erotismo desde lo artístico”, cuenta Carlos Di Cesare, gerente de Relaciones Públicas. Al cruzar la puerta, una mujer vestida con medio kimono da la bienvenida. La música de tipo Bossanova combinada con el Jazz dan comienzo a lo que será una velada cargada de seducción. En el salón predomina el color rojo, en las mesas se ven parejas enfrentadas que se miran fijamente a los ojos. Los platos no tienen nombres clásicos, sino que cada uno son declaraciones directas: “Tu boca baila besando y mi lengua se subleva”, jamás imaginaría que se trata de un agridulce solomillo de cerdo sobre una heterodoxa reducción de coca cola. Pero así son los nombres de sus platos, donde la sugestión quedó olvidada en la primera hoja. El show de erotismo y humor, está acorde a la propuesta de la noche.

En el mismo sentido del mito afrodisíaco, el chef Fabián Tafel –restaurante Moon, en Puerto Madero–, combina toda la sensualidad de la cocina de Medio Oriente con ingredientes y cocciones que apuntan al renacer de la pasión. Sus mesas frente al río, están rodeadas de espacios modernos y confortables. Para este día, Tafel propone Langostinos crocantes rebozados en panko con humus de ensalada árabe y Colita de cuadril rellena de jamón ibérico y parmesano. “La comida afrodisíaca está en la cabeza de los comenzales”, dice el chef y agrega: “Es cierto que hay productos que reviven las endorfinas de las personas, pero sólo con eso no es suficiente. Es necesario un ambiente pensado para despertar el romanticismo”.

De vuelta en el barrio de Palermo, Efímero festín es un pequeño restaurante donde se puede disfrutar de la mejor cocina de autor haciendo hincapié en la gastronomía fusión, donde resalta la creatividad y talento de su chef Carolina Lavecchia. Es una vieja casona con decoración romántica y la cocina a la vista de los comensales. El sitio preferido por la pareja de enamorados es un sillón arrinconado al pie de la escalera: íntimo y discreto, donde los besos son el maridaje ideal de sus platos coloridos y abundantes.

Moche, es el primer restaurante peruano en la argentina. Para su dueño y chef ejecutivo, Jonnhy Rodríguez, el local es “una pequeña embajada de su país”. Así lo siente y así lo hace sentir: Recorre mesa por mesa mientras ofrece los platos y bebidas típicas de su tierra relatando las tradiciones incaicas. “Es un coqueto lugar dentro de Palermo Hollywood”, sostiene a rajatabla. Para celebrar el amor preparó un menú de tres pasos que incluye champagne o vino a elección y show en vivo.

Para los que quieran continuar la noche post cena, Godoy es un resto-bar detalladamente pasional. Alejandro Goñi es el joven chef del restaurante. Con sus apenas 28 años sabe combinar los platos a la perfección con la ambientación y el gusto de los comensales. “La degustación, o pasos, es que prueben un poquito de cada comida sin quedarse con hambre. Dos entradas, dos platos principales y un postre”. Una idea que toma cada vez más fuerza en los restaurantes de cocina de autor. Para los que no fueron acompañados, una vez pasada la hora comer, la barra comienza a poblarse de jóvenes dispuestos a conocer su futuro amor. Aunque dentro de unos años contarle a su nietos que se conocieron el día de San Valentín suene un “poco cursi”, vale la pena intentarlo.

Los que quieran tener una noche larga y el horario de la cena no sea un inconveniente, el restaurante del teatro Maipo tiene sus puertas abiertas para ir después de cualquier espectáculo. Los dueños del lugar conocen a la perfección los horarios trasnochados en los que pueden terminar las obras y están dispuestos a preparar los mejores platos para los comensales que se sienta a comer luego del cine o teatro que ofrece la eterna calle Corrientes. El menú está acompañado de una gran variedad de vinos que satisfará al más exigente paladar.

Para los románticos que quieran cenar en la exclusividad máxima, el hotel Vitrum propone una noche de pasión ilimitada. La idea es alquilar una habitación y pedir piezas de sushi con algún espumante para comer en la cama, el resto de la velada dependerá de ellos.

Y si no hay pareja para esa noche especial, no importa: George Bernard Shaw solía decir que “no hay amor más sincero que el amor a la comida”.

DIRECCIONARIO:

  • Te mataré Ramírez. Gorriti 5054
  • Moon. Olga Cosentini 1545
  • Efímero festín. Uriarte 1411
  • Moche. Nicaragua 5901
  • Godoy Restaurant & Cocktail Bar. Paraguay 4905
  • Maipo Restaurante. Esmeralda 443
  • Vitrum. Gorriti 5641

OTRAS OPCIONES.

  • Astrid & Gastón. Menú peruano a la carta con maridaje a cargo de la Bodega Catena Zapata. Lafinur 3222
  • Sette Bacco. Dos menúes: Uomo y Donna. Incluye bebida libre, vino, champagne y café. Agüero 2157.
  • Morriña. Todos los pasos del menú en partida doble. Flautistas celtas recorrerán las mesas, entre rosas rojas y un brindis que invita la casa. Olleros 1879.
  • Il Fiume Ristorantino. Crema di formaggio fritto cannelloni, Rosa salmone e crema di cozze cibulet, Cuori di cioccolato bianco e mousse di caramello. Olga Cossettini 1651
  • Sabbia Liquor Bar. Menú especial de cuatro pasos con vino espumante. Ayacucho 1240