martes, 25 de octubre de 2011

On the rocks?

Escocés, irlandés, bourbon, Tennessee… no sólo su sabor es distinto, también lo es su origen, su elaboración y hasta su nombre: Whisky o whiskey.

“En escocia el hielo no existe; fue impuesto por los americanos. El whisky se toma solo, o con agua o una piedrita de hielo como mucho”, dice tajante Oscar Chabrés, reconocido bartender y dueño del Bar de Copas que lleva su nombre en plena City porteña. Pero no todo es tan simple. “Si hablamos de Whisky, –explica Sebastián Bossi, miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS)– hacemos referencia al Blend Scotch Whisky, es decir al escocés de mezcla”. Sin embargo, si se le agrega una “e” (Whiskey) se trata ya de un triple destilado irlandés. “Es en este país donde nació, llamado así para luego diferenciarse aún más de su hermano escocés”, agrega Bossi.

Sin entrar en polémicas, Alejandro Rodríguez Aramburu –de la Escuela Argentina de Sommeliers– remarca que “no hay un solo whisky sino muchos”. Además de los dos ya mencionados, “están los whiskeys americanos (Bourbon y Tennessee); y entre los escoceses, según su materia prima y región de Escocia tendrán características de aroma y sabor diferente”.

Para Emiliano Carpentieri, Jefe de Bares del Hotel Madero, “la diferencia entre el Whisky solo, con hielo y con agua está en el sabor y temperatura principalmente: El agua abre los sabores y aromas, haciendo que no quede tan fuerte”, explica y sospecha: “Creo es el factor por el cual la mayoría de las personas lo prefiere con hielo”. Sin embargo, aclara que “al beberlo solo se puede sentir su sabor en toda su complejidad, al agregarle agua la experiencia es más completa”.

Diferencias. En Escocia, se elaboran básicamente whiskies de malta y blend, los cuales representan más del noventa por ciento de su producción y más del sesenta del consumo de todo el mundo. “La principal diferencia entre ambos es que el de Malta está elaborado 100% con cebada Malteada, mientras que los blend son una mezcla de whisky de grano y whisky de Malta”, explica Rodríguez Aramburu. En Irlanda, la norma indica que se debe destilar tres veces. Lo cual lo suaviza en boca y lo hace más fácil de beber. “Tiene notas muy especiales, sutiles aromas y sabores oleosos que recuerdan a las semillas de lino y al cuero”, especifica Sebastián Bossi.

Entre los americanos, no hay disputa por su nacimiento: Llegaron al nuevo mundo junto con los colonos escoceses e irlandeses. “Los Bourbon, en un principio sólo podían ser elaborados en dicho condado de Kentucky y con un mínimo de 51% de maíz en su composición. Los Tennessee, oriundos del estado homónimo, tienen un porcentaje más elevado de maíz y filtrados por medio de carbón de arce de azúcar, con un sabor mas suave”, cuenta Rodríguez Aramburu.

Cócteles. Lejos de ser un “sacrilegio” o una “falta de respeto”, como podrían decir los antiguos bebedores de este “dulce néctar”, los tragos con whisky existen desde hace mucho tiempo. “Tal vez el más común para los cócteles son los americanos”, concuerdan Chabrés y Gastón “Tonga” Rodríguez, barmanager y barman del restaurante Ceviche. “Es cierto que tiempo atrás en las barras era todo muy protocolar, hoy en día el público fue creciendo junto con los cócteles”, resalta Tonga. El mayor inconveniente para se animen a pedir un cóctel es romper con los prejuicios: “Se asocia al whisky con una bebida fuerte, con mucho alcohol y no saben que en realidad bien utilizado abre el sabor, baja la textura y hay muchos muy amable para la boca”. Para Chabrés, “el público argentino empieza a tomar whisky de los 25 años en adelante”. Pero hay que hacer escuela: primero los de cuatro años, luego los de ocho, doce y después sí los Premium de 18 y 21.

“A mi barra suele venir un joven que comenzó tomando cerveza, después probó whisky con mucho hielo y ahora apenas si le pone una piedrita. Ya se animará a probar las maltas”, relata Chabrés. Los whisky son un misterio y una fiesta descifrarlos, pero para eso hace falta aprender, entrar en ese mundo y, sobretodo, probar.


Whisky tips *

+ No tomadores: Para comenzar, hacerlo con una Malta suave de la región de Speyside (lo dice en la etiqueta), en el mercado hay varias.
+ Tomadores: Pruebe los whiskys híper ahumados de la región de Islay.
+ Guarda: Bien conservado, el whisky preserva en el tiempo sus características; pero, a diferencia del vino, no habrá mejorado.
+ Un gusto: Unas trufas o una barra de chocolate son la compañía perfecta de un blend escocés de 12 años.
+ Para sorprender: En un vaso de whisky coloque abundante hielo, 50 cc. de escocés y 20 cc. de amaretto, revuelva bien y tendrá un cóctel “El Padrino”.
+ Para ellas: En un vaso de trago largo coloque hielo, vierta por encima 50 cc. de whiskey irlandés y 100 cc. de jugo de manzanas; revuelva y... ¡salud!

*Alejandro Rodríguez Aramburu, Escuela Argentina de Sommeliers


CÓCTELES CON WHISKY *

Los Whiskies añejados hasta 12 años son ideales para incursionar el fabuloso mundo de la coctelería clásica; debemos probar alguna vez en la vida cócteles como el Manhattan, Old Fashioned y Whiskey Sour, para empezar una lista de clásicos que sigue en aumento con el paso de los años. No se trata de una moda ni mucho menos un sacrilegio: es una tendencia que llegó para quedarse. Las nuevas generaciones aprendieron que si mezclamos con arte y sabiduría un Whisky seguimos respetando toda la rica historia de la más noble de las bebidas.

* Sebastián Bossi, Asociación Argentina de Sommeliers.

La niña mimada

La provincia salteña avanza hacia el resto del país y del mundo con sus nuevos-viejos vinos. El eterno Torrontés y desafío Tannat. Altura, clima, suelo y marketing en perfecta conjunción.

En los últimos quince años, la Argentina vitivinícola se animó a llevar a cabo una profunda revolución enológica y Salta no podía quedar al margen. La altura, la calidad del suelo, del agua y el clima son algunos de los factores predominantes en la provincia norteña, que permiten obtener vinos con alta personalidad de colores, sabores y aromas intensos. “Se comenzó a producir un cambio desde la cantidad hacia la calidad y diversidad”, explica el Licenciado José Luis Mounier, Enólogo y Winemaker de la bodega que lleva su nombre.

Para Martin Emilio Krawczyk Pardo –miembro de la Asociación Argentina de Sommeliers (AAS)– el cambio fue lento, “aunque la constancia en el tiempo y los favorables resultados llevaron a su reconocimiento. Si bien hoy el consumidor reconoce otras variedades con excelentes resultados, (Malbec, Cabernet Sauvignon o Tannat) el Torrontés continúa siendo el vino salteño por excelencia; y no dejará de serlo, ya que se trata de uno de los símbolos de la vitivinicultura argentina”. En este sentido, el franco-libanés Toufic Reda, propietario y sommelier de To Restaurant, describe al blanco salteño con “un perfume típico del torrontés que lo hace único en el mundo e inolvidable, y una dulzura que no encontramos en otros vinos”. En referencia a los otros varietales, “son de gran estructura, color intenso, taninos redondos en el paladar y con buen potencial de guarda”. Alejandro Rodríguez Aramburu, profesor de la Escuela Argentina de Sommeliers (EAS), agrega que “en los últimos años el Malbec se ha convertido en una cepa muy apreciada en el exterior, sobre todo en Norteamérica”. Sin embargo, no deja atrás a la vedette salteña: “No hay que olvidarse que el Torrontés como producto cambio mucho: Es cosa del pasado el torrontés oxidado por una larga crianza en toneles. Hoy en día se fue adaptando al gusto del consumidor y hay excelentes exponentes bien frescos, fáciles de beber y con agradables notas florales”.

Siguiendo con esta inercia, llegaron los premios internacionales, la conquista de nuevos mercados y de a poco algunas de las principales bodegas mendocinas y del exterior (Estados Unidos, Francia y Suiza) comenzaron a descubrir en el norte del país un terreno renaciente con potencial infinito. “Sin duda el valle Calchaquí –comenta Mounier– es la niña mimada de las regiones vitivinícolas de Argentina, por ser limitada y por todo lo que la zona ofrece. Ni que hablar por el interés de nuestro inconfundible Torrontes, además del Malbec y el Tannat”.

Pero no todo es tan reciente. Durante la década del 80, hubo una crisis vitivinícola en el norte que fue apaleada “gracias a que el sector productivo, de la mano de algunos visionarios (técnicos y bodegueros), que se equipó con tecnología moderna; entendieron el mercado consumidor; se capacitaron en el exterior y volvieron su mirada sobre variedades que ya estaban implantadas en la región para comenzar a elaborar vinos de acuerdo al estilo de los nuevos consumidores, pero sin perder su impronta y para mostrar lo que se podía hacer a partir de estos varietales puros”, remarca Miguel A. Fazio, Gerente de Marketing de Finca Quara, y añade: “Así se entiende que hubiera viñedos muy viejos, pero que con anterioridad no recibían toda la atención que se les da en el presente. Hasta la misma Bonarda recibió una mejora en su percepción”.

Un ejemplo de este tipo de caso que menciona Fazio, se dio con la Bodega El Porvenir de los Andes. “Mi padre compró la finca en 1999, –cuenta Lucía Romero, directora de la bodega–. Es muy antigua, cerca del 1900, y estaba completamente abandonada. Comenzamos con viñedos nuevos y en 2002 tuvimos la primera cosecha”. También para la joven bodeguera, los cambios comenzaron con “los avances tecnológicos y el torrontés fue el punta pie inicial”, donde rescata su frescura y aroma.

Pero, ¿por qué la provincia norteña se perfila como una de las más aptas para la vitivinicultura?

“La altura, la dualidad térmica, los suelos, el sol y el clima seco son los factores que hacen de Cafayate un terroir excepcional, logrando una concentración única que combinada con la mano de expertos se obtienen vinos de calidad Premium”, afirma Alejandro Pepa, enólogo de Bodega El Esteco de Cafayate. Este concepto de Terroir o terruño se aprecia con mucha fuerza en estas zonas. “La amplitud térmica, hace que las plantas de noche no estén estresadas y sigan sintetizando, por lo que los vinos en general son de muy buen color, aromas y sabores profundos, con taninos intensos y maduros”, recalca Mounier. Esa marcada diferencia entre el día y la noche “favorece las funciones principales de la vid, –explica el sommeliers Martin Krawczyk– como ser el desarrollo de cada una de las bayas y la concentración de los azúcares y los demás componentes que serán responsables del color y los aromas en los futuros vinos”.Este tipo de clima es producto de la altura del lugar, que además está acompañada de la calidad del suelo, un agua excelente y bajas lluvias que permiten una muy buena sanidad: “A mayor altura hay más aireación y mejor radiación solar. En los viñedos de altura se pueden llegar a registrar diferencias de más de 30º C entre el día y la noche”, acentúa Alejandro Rodríguez Aramburu. Con todos estos agentes favorables, y un acertado marketing, se dio en los últimos cinco años el llamado el boom de los vinos de altura. “El turismo enológico y la ruta del vino, abrió el juego a una provincia que era más visitada por extranjeros que argentinos”, señala Lucía Romero, dato con el que concuerdan los expertos.

“Ya sea en Mendoza o en el NOA altura es sinónimo de calidad y en eso se apoya el boom de estos vinos”, dice Rodríguez Aramburu y Pepa agrega: “Logran un estilo de vino con características muy particulares, Cafayate refleja en su único terroir la diversidad que Argentina ofrece en sus diferentes estilos de vinos”.

Pero el proceso fue lento y aún continúa. “Con el diario del lunes y a la distancia uno tiene en claro lo mal que trabajábamos. Lo importante y lo que no es fácil es cambiar la mentalidad y ser abiertos para aprender, por más que se hagan inversiones si nuestra mente no se prepara, de nada sirve. Sabíamos que era un camino a largo plazo”, concluye el reconocido enólogo Mounier.

viernes, 4 de febrero de 2011

Del marketing al amor

A los jóvenes amantes poco les importa lo comercial del Día de San Valentín. El 14 de febrero es la excusa perfecta para cenar en pareja.

“No pido amor ni fidelidad eternos, únicamente... la verdad, una franqueza ilimitada. El día que me digas ‘te amo menos’ será el último día de mi amor o el último de mi vida", si de historias de amor se trata, la pasión que develaba Napoleón por su esposa Josefina quedó plasmada en decenas de cartas y declaraciones públicas.

Lejos de vivir la alegría del amor, la última reina del Antiguo Egipto, Cleopatra, cae perdidamente enamorada del máximo general enemigo: Marco Antonio. Pero no tendrá un final feliz. El romano recibirá la falsa noticia de la muerte de su adorada faraona y se suicida. Al enterarse, la bella Cleopatra muere entregada al veneno de dos serpientes áspides.

Más cercano en el tiempo, la historia de Eduardo VIII –monarca inglés– y la estadounidense Wallis Simpson será de los recuerdos románticos de mayor trascendencia del siglo XX, que por amor el joven rey abdica al trono. Sin embargo, la máxima historia de pasión ocurrió sobre las tablas de un escenario: “Más miedo hallo en tus ojos que en veinte espadas de ellos”, le dice Romeo a Julieta en la obra máxima de William Shakespeare.

Por este motivo, el calendario no podría no tener un día dedicado especialmente a los enamorados. “Si bien su origen es netamente comercial –explica la sociologa Carola Chaparro–, la sociedad centró la festividad en un homenaje erótico-romántico en donde las parejas expresan su amor con regalos y salidas, concentrando en ese día la carga emotiva que enmarca en esta fecha, sobretodo, en las parejas jóvenes y solteras, que aún no tienen hijos”. En el santoral católico, el 14 de febrero es San Valentín: un monje mártir que en secreto unía en matrimonio a adolescentes enamorados. “En los últimos seis años, esta festividad se fue imponiendo de a poco con tanta fuerza como San Patricio o Halloween. Llegó a la Argentina de la mano de las campañas comerciales que estimulan el intercambio de obsequios y las salidas gastronómicas”, agrega la licencia Chaparro.

El 14 de febrero es un lunes distinto para los restaurantes de Buenos Aires. En Palermo Soho, uno de los centros gastronómicos de mayor crecimiento en la ciudad, se encuentra el restaurante afrodisíaco Te mataré Ramírez: “La idea del lugar es jugar con el erotismo desde lo artístico”, cuenta Carlos Di Cesare, gerente de Relaciones Públicas. Al cruzar la puerta, una mujer vestida con medio kimono da la bienvenida. La música de tipo Bossanova combinada con el Jazz dan comienzo a lo que será una velada cargada de seducción. En el salón predomina el color rojo, en las mesas se ven parejas enfrentadas que se miran fijamente a los ojos. Los platos no tienen nombres clásicos, sino que cada uno son declaraciones directas: “Tu boca baila besando y mi lengua se subleva”, jamás imaginaría que se trata de un agridulce solomillo de cerdo sobre una heterodoxa reducción de coca cola. Pero así son los nombres de sus platos, donde la sugestión quedó olvidada en la primera hoja. El show de erotismo y humor, está acorde a la propuesta de la noche.

En el mismo sentido del mito afrodisíaco, el chef Fabián Tafel –restaurante Moon, en Puerto Madero–, combina toda la sensualidad de la cocina de Medio Oriente con ingredientes y cocciones que apuntan al renacer de la pasión. Sus mesas frente al río, están rodeadas de espacios modernos y confortables. Para este día, Tafel propone Langostinos crocantes rebozados en panko con humus de ensalada árabe y Colita de cuadril rellena de jamón ibérico y parmesano. “La comida afrodisíaca está en la cabeza de los comenzales”, dice el chef y agrega: “Es cierto que hay productos que reviven las endorfinas de las personas, pero sólo con eso no es suficiente. Es necesario un ambiente pensado para despertar el romanticismo”.

De vuelta en el barrio de Palermo, Efímero festín es un pequeño restaurante donde se puede disfrutar de la mejor cocina de autor haciendo hincapié en la gastronomía fusión, donde resalta la creatividad y talento de su chef Carolina Lavecchia. Es una vieja casona con decoración romántica y la cocina a la vista de los comensales. El sitio preferido por la pareja de enamorados es un sillón arrinconado al pie de la escalera: íntimo y discreto, donde los besos son el maridaje ideal de sus platos coloridos y abundantes.

Moche, es el primer restaurante peruano en la argentina. Para su dueño y chef ejecutivo, Jonnhy Rodríguez, el local es “una pequeña embajada de su país”. Así lo siente y así lo hace sentir: Recorre mesa por mesa mientras ofrece los platos y bebidas típicas de su tierra relatando las tradiciones incaicas. “Es un coqueto lugar dentro de Palermo Hollywood”, sostiene a rajatabla. Para celebrar el amor preparó un menú de tres pasos que incluye champagne o vino a elección y show en vivo.

Para los que quieran continuar la noche post cena, Godoy es un resto-bar detalladamente pasional. Alejandro Goñi es el joven chef del restaurante. Con sus apenas 28 años sabe combinar los platos a la perfección con la ambientación y el gusto de los comensales. “La degustación, o pasos, es que prueben un poquito de cada comida sin quedarse con hambre. Dos entradas, dos platos principales y un postre”. Una idea que toma cada vez más fuerza en los restaurantes de cocina de autor. Para los que no fueron acompañados, una vez pasada la hora comer, la barra comienza a poblarse de jóvenes dispuestos a conocer su futuro amor. Aunque dentro de unos años contarle a su nietos que se conocieron el día de San Valentín suene un “poco cursi”, vale la pena intentarlo.

Los que quieran tener una noche larga y el horario de la cena no sea un inconveniente, el restaurante del teatro Maipo tiene sus puertas abiertas para ir después de cualquier espectáculo. Los dueños del lugar conocen a la perfección los horarios trasnochados en los que pueden terminar las obras y están dispuestos a preparar los mejores platos para los comensales que se sienta a comer luego del cine o teatro que ofrece la eterna calle Corrientes. El menú está acompañado de una gran variedad de vinos que satisfará al más exigente paladar.

Para los románticos que quieran cenar en la exclusividad máxima, el hotel Vitrum propone una noche de pasión ilimitada. La idea es alquilar una habitación y pedir piezas de sushi con algún espumante para comer en la cama, el resto de la velada dependerá de ellos.

Y si no hay pareja para esa noche especial, no importa: George Bernard Shaw solía decir que “no hay amor más sincero que el amor a la comida”.

DIRECCIONARIO:

  • Te mataré Ramírez. Gorriti 5054
  • Moon. Olga Cosentini 1545
  • Efímero festín. Uriarte 1411
  • Moche. Nicaragua 5901
  • Godoy Restaurant & Cocktail Bar. Paraguay 4905
  • Maipo Restaurante. Esmeralda 443
  • Vitrum. Gorriti 5641

OTRAS OPCIONES.

  • Astrid & Gastón. Menú peruano a la carta con maridaje a cargo de la Bodega Catena Zapata. Lafinur 3222
  • Sette Bacco. Dos menúes: Uomo y Donna. Incluye bebida libre, vino, champagne y café. Agüero 2157.
  • Morriña. Todos los pasos del menú en partida doble. Flautistas celtas recorrerán las mesas, entre rosas rojas y un brindis que invita la casa. Olleros 1879.
  • Il Fiume Ristorantino. Crema di formaggio fritto cannelloni, Rosa salmone e crema di cozze cibulet, Cuori di cioccolato bianco e mousse di caramello. Olga Cossettini 1651
  • Sabbia Liquor Bar. Menú especial de cuatro pasos con vino espumante. Ayacucho 1240

martes, 6 de julio de 2010

Coleccionistas de la perpetuidad


En el rincón de una vieja biblioteca de madera vive un libro antiguo. Con sus hojas amarillentas, sus tapas manchadas, algunas letras borroneadas y su preciso olor a pasado. Ese libro antiguo –como casi todo objeto– tiene un precio; la diferencia es que esta vez lo tasaron románticos, historiadores y coleccionistas, y la módica suma no desciende de los miles de dólares. Puede ser una obra de Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, o tal vez más antigua: “Facundo”, de Domingo Faustino Sarmiento; “El Matadero”, de Esteban Echeverría, o el Martín Fierro, de José Hernández. Pero no es un libro cualquiera de los que pueden conseguirse en una mesa de una librería de la calle Corrientes por apenas diez pesos. Ese libro… ¡es una primera edición! La misma de la que estos grandes autores realizaron la presentación en persona, aquella que publicaron con temor a la crítica, pero con ansias de triunfar en el arte de la gramática. Aquel primer volumen desconocía que años más tarde se convertiría en un clásico de la literatura, y menos que su valor sería casi infinitamente superior a su precio de lanzamiento.

“Existen tres grupos generales de coleccionables y coleccionistas”, afirma Helena Padin Olinik, dueña de la Librería Helena de Buenos Aires. “Hay libros que son muy buscados porque sellaron un hito, aunque hayan pasado tan sólo cuarenta años de su publicación. Son volúmenes que marcaron un tiempo y dejaron una huella en la literatura. Las más buscadas son las primeras ediciones, que estén con las tapas originales y en el mejor estado posible. Por ejemplo, “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez, o “Rayuela”, de Julio Cortázar. El primero fue muy leído y se desarmaba fácil porque es muy frágil; quedan pocos en buen estado. En cambio, el segundo fue comprado a escondidas, es un libro transgresor de una época y se prestaba mucho; hay muy pocas ediciones. Cuando aparecen ejemplares impecables se venden muy rápido.

“También están los libros que son solamente para coleccionar. Tiradas muy cortas (de 30 ejemplares), firmadas por su autor o por el grabador, si tiene ilustraciones, o que es solamente una edición preciosa. El coleccionista lo compra, lo guarda en su biblioteca y nunca más lo toca: es un libro-objeto, no es para leer.

“El tercer grupo general de coleccionistas es el que también es investigador, el cual busca el libro sólo por ‘lo que tiene adentro’. Muchos de estos son libros de viajeros que describieron cada día de su expedición a algún lugar del mundo”.

¿Por qué el elevado precio?
El valor comercial del libro se lo adjudicó los años. Una de las anécdotas que circulan en el gremio es que un día se acercó un hombre a la librería Fernández Blanco en busca de la “Historia de la ópera en Buenos Aires”, por Mariano Bosch. Gerardo Fernández Blanco, antiguo propietario de la librería, le entregó el libro. El cliente lo miró y protestó por el elevado precio. Gerardo le dijo que estaba de acuerdo, pero que no le estaba cobrando el libro, sino el tiempo que lo guardó para que ese día lo encontrara.

“La oferta y demanda de estos libros –explica Lucio Aquilanti, actual dueño de Fernández Blanco– es según la cantidad de compradores que hay y cuántos ejemplares quedan. Por ejemplo, hay miles de personas que buscan primeras ediciones de Borges, pero también hay miles de libros. En otro sentido, tal vez haya treinta o veinte compradores que buscan libros de Ricardo Molinari, pero es probable que haya un solo ejemplar de este poeta argentino.

“Del mismo modo, hay también muchos libros que son escasos, pero que no se coleccionan, sino que son para museos, bibliotecas o solamente para investigadores. Por ejemplo, no hay coleccionistas del Perito Moreno, pero sí tienen un valor para una universidad o para un estudiante”.

–¿Sólo buscan las primeras ediciones?

–No siempre. La primera edición sobre la vida de San Martín de Bartolomé Mitre son tres tomos, la segunda, cuatro. En ese caso puede valer más la segunda, porque la primera está incompleta. No siempre una primera edición es la más buscada, pero sí en el 99 por ciento de los casos.

Sin embargo, al conversar con estos libreros de alma, uno puede sospechar que al verdadero librero le duele lo que vende, y muchas veces lo hace sólo porque es su trabajo.

Alberto Casares, presidente de la Asociación de Libreros Anticuarios de la Argentina y dueño de la librería que lleva su nombre, cuenta que “siempre duele mucho vender un libro antiguo. Aunque también queda el consuelo de que el coleccionista que lo compró lo va a cuidar y lo va a querer como uno”.

–¿El coleccionista de libros también es lector?

–Hay quienes hablan con cierto desprecio del coleccionista, como alguien que compra libros para tener y no para leer. Pero con mis años de librero te puedo asegurar que la mayor parte de los coleccionistas son lectores: compran el antiguo para tener, y el nuevo para leer.

–¿Cuál es la función del coleccionista?

–Guardar. Y esa función de guardar es lo que le da al coleccionista la razón de ser. Él sabe que no se va a llevar el libro a ninguna parte, es un cuidador temporario de algo que pertenece a todos. Con su pasión está resguardando su preciado objeto para sus hijos, sus nietos y todos los que vengan después. Mientras está vivo y su fanatismo bibliográfico está pujante, va a poner mucho de su tiempo, su inteligencia, su esfuerzo y su dinero para cuidar cosas que pertenecen a la humanidad. Porque sabe que no son de él, aunque diga a sus amigos que tiene miles de libros. Todos los ejemplares que tenemos hoy en día son gracias a que alguien los coleccionó primero.

lunes, 11 de agosto de 2008

Existe otro campo a 20 minutos de Palermo: bondiopán, locro y “folk”.


En Mataderos, las familias se juntan a bailar chacareras y las parrillas caseras humean con morcillas, chorizos, vacío y bondiola. Por $ 20 se come con postre incluido y vino. En Palermo, impera el glamour y un poncho cuesta $ 390. En el Oeste: Chalchaleros a full y bigotes out.

Con el “objetivo de crear un espacio permanente para la producción y difusión de las raíces culturales” la Feria de Mataderos funciona desde 1986. Se destacan los bailes folclóricos en plena calle, las ventas de artesanías y los productos regionales.
La exposición Rural tiene más de 120 años. Su lema es “la fiesta del campo en la ciudad”. Su gente: estancieros, empresarios y gauchos chic con bigotes prolijos y camperas “Cardón”.

Parecido no es lo mismo.
En los parlantes de Mataderos suenan Los Chalchaleros, la multitud forma una ronda, se alzan los pañuelos y comienza el baile. “¡El que no baila, que aplauda!”, exclama el locutor: “¡Esta es la Fiesta de Mataderos!”. Choripán, locro, empanadas, tortas fritas. Un amplio menú para un público dispuesto a pasar un domingo diferente.
“Hay boinas, boinas y equipo de mate”, ofrece un vendedor ambulante al ritmo de “gorro, bandera y vincha” en la puerta de La Rural. Vaquitas, caballitos y chanchos de peluche son los juguetes elegidos por los niños. Pasando el molinete, el olor a “campo” invade al visitante. Los muñecos tomaron su forma y tamaño real. Encerrados en corrales de tres por tres, acostados sobre el piso del pabellón ocre, vacas de todas las razas y colores son el atractivo de un público exigente. Premios y kilos son elementos primordiales para evaluar la calidad de los rumiantes, cómo si se tratase de marcas y modas a la hora de comprar un sweater en un shopping.
Autos importados con promotoras que poco entienden de motores posan junto a ellos. Sombreros rurales y pantalones ajustados pareciera ser el atuendo adecuado para las chicas. Grandes tractores y todo tipo de maquinaria pesada para el campo dan un abanico de colores que brillan bajo el sol de Palermo.

Hambre.
El locro, las empanadas y cuanta carne pueda encerrarse entre dos panes, desde morcipán hasta vaciopán, son algunos de los sándwiches que ofrece Mataderos. Los precios no superan los diez pesos y todo acompañado por un vaso de gaseosa o vino, de damajuana, claro está. En Palermo, el choripán tiene un costo de $ 6,50 y la bebida es aparte: $ 5 la latita y el vino, en botellita individual, $ 9.
Los estancieros de Palermo almuerzan en Terraza del Central, un lujoso restaurante dentro del predio donde los precios rondan los $ 50 por persona, sin vino. Lejos del lujo, los puesteros de Mataderos preparan el fuego en la calle y sobre una parrilla desarmable arrojan el pechito, los riñones y el asado de tira. “Somos como veinte que venimos hace más de siete años todos los domingos, cada tanto nos hacemos un buen asado”, cuenta Julio César. “Si hemos hecho ‘asado de nada’ en las épocas de vacas flacas”, le grita uno de los puesteros a “Pancho” el asador. Para tomar, “arrancamos con una cerveza y después con la carne sí nos tomamos un buen tinto”, dice Armando, mientras saca las empanadas de la sartén y le da el vuelto a una señora: “Aquí tiene doña, estas son las verdaderas salteñas, no se deje engañar, yo sé lo que le digo”. Todos sonríen y esperan ansiosos que se cocine la carne.

Espectáculos.
Mataderos ofrece un espectáculo pintoresco de carreras de sortijas: simples corridas a caballo donde el objetivo es obtener un anillo que cuelga de la meta. En Palermo, en cambio, se practica polo y el deporte nacional: el pato. La gente adquiere yeguas por 90 mil pesos.
En Mataderos, poco importa la Mesa de Enlace y las canas de Luciano Miguens. Con un bondiopán y un vasito de vino la gente sonríe feliz.

jueves, 10 de abril de 2008

Por otro paso en la Davis

Con el equipo confirmado la Argentina enfrenta a Suecia por los cuartos de final de la Copa Davis. David Nalbandian y José Acasuso serán los singlistas y Nalbandian y Guillermo Cañas formarán la dupla para el dobles.

David Nalbandian (séptimo en el Ranking ATP) abre la serie frente a Thomas Johansson (62°) y José Acasuso (40°) enfrenta a Robin Soderling (39°). El dobles se disputa entre Nalbandian y Cañas (24°) y Bjorkman (60°) y Lindstedt (36° en dobles).

El capitán del equipo argentino, Luli Mancini, confirmó este jueves, “por una sensación”, la presencia de José Acasuso para el segundo single: “Fue una decisión difícil, son jugadores que están jugando bien. Quizás uno termina tomando decisiones por sensaciones, más allá de lo tenístico, y a Chucho lo veo muy bien”, explicó Mancini.


En referencia a la dupla en los doble dijo que “David [Nalbandian] y Willy [Cañas] ya han jugado juntos en el circuito. Además, pensando en los tres días de competición, es mejor utilizar un jugador distinto el sábado y así tener un jugador descansado para el domingo. Ellos vienen jugando juntos desde el año pasado. Disputaron varios torneos importantes y se sienten bien juntos. Tienen experiencia y presencia dentro de la cancha”.

El año pasado la Argentina quedó eliminada por los suecos en la misma instancia por 4-1 jugando de visitante. “El resultado de allá –dijo Mancini– fue muy raro, prácticamente con dos jugadores lesionados. Quizá eso fue un factor determinante en ese momento”.

En el historial de la Davis contra Suecia, los europeos ganaron dos veces y la Argentina una, siempre el equipo local fue quien obtuvo la victoria y esto es una gran ventaja en este tipo de torneo. Aunque Mancini afirmó que “hay que ir paso a paso. Ellos vienen jugando bien y quieren dar la sorpresa; hay que tener cuidado”.





Por su parte el mejor jugador argentino, David Nalbandian, tiene un record de veintidós triunfos y seis derrotas en la Davis, pero en su historial personal contra Johansson perdió dos veces y ganó una. Sin embargo para esta fecha dijo que el equipo entrenó “muy bien toda la semana y no va a tener problemas para jugar”.

La Argentina es considerada la máxima favorita en obtener la Ensaladera de Plata, aunque nunca haya ganado la Copa Davis, gran deuda pendiente que tiene el país.



jueves, 26 de julio de 2007

Un mismo arrabal

El Tango,
en tiempo y forma.

El Tango es casi sinónimo de la cuidad de Buenos Aires. Sus letras inmortalizaron esquinas, barrios y calles. “¡Cómo habrá cambiado tu calle Corrientes! / ¡Suipacha, Esmeralda, tu mismo arrabal!” cantaría Carlos Gardel Anclao en París. El Zorzal Criollo es un de los máximos referentes del Tango. Si bien su lugar de nacimiento sigue en duda entre Toulouse (Francia) y Tacuarembó (Uruguay), creció en Buenos Aires y se nacionalizó argentino en 1923. Fue cantante y actuó en más de once películas. Su inconfundible voz recorrió el mundo y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en septiembre de 2003. Hoy el barrio porteño del Abasto, donde él vivía, le rinde homenaje entre graffitis, estatuas, pinturas, imitadores y tangueros.

Sus letras son poemas propios en sí mismo. Historias de amor con engaños y desencuentros, el tiempo, los guapos y compadritos, arrabales y calles… todo en Buenos Aires tiene tango…

Mi Buenos Aires Querido
Música: Carlos Gardel
Letra: Alfredo Le Pera

Mi Buenos Aires querido
cuando yo te vuelva a ver,
no habrá más pena ni olvido.

El farolito de la calle en que nací
fue el centinela de mis promesas de amor,
bajo su quieta lucecita yo la vi
a mi pebeta, luminosa como un sol.
Hoy que la suerte quiere que te vuelva a ver,
ciudad porteña de mi único querer,
y oigo la queja
de un bandoneón,
dentro del pecho pide rienda el corazón.


A ritmo de dos por cuatro, acompañado por piano, violín, contrabajo y, el infaltable, bandoneón, un hombre y una mujer bailan al compás de la música con movimientos sensuales y complejos. Enrique Santos Discépolo, considerado el poeta del Tango, lo definiría como un “pensamiento triste que se baila”. Otros compositores importantes fueron Alfredo Le Pera, José María Contursi, Enrique Cadícamo, Homero Expósito, Cátulo Castillo, Homero Manzi y Horacio Ferrer.

Entre sus músicos, sin duda, Anibal Troilo fue el bandoneonísta más grande del Tango. Se nutrió de las orquestas más importantes –tocó con Osvaldo Pugliese, Julio de Caro y Juan D'Arienzo– hasta que un 1937 formó la propia. Hoy, Pichuco, tiene su esquina homenaje en las calles Parana y Paraguay de la ciudad de Buenos Aires.

María
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo

Acaso te llamaras solamente María.
No sé si eras el eco de una vieja canción,
pero hace mucho, mucho, fuiste hondamente mía
sobre un paisaje triste, desmayado de amor...

El Otoño te trajo, mojando de agonía,
tu sombrerito pobre y el tapado marrón...
Eras como la calle de la Melancolía,
que llovía...llovía sobre mi corazón.

¡María!
En las sombras de mi pieza
es tu paso el que regresa...

¡María!
Y es tu voz, pequeña y triste,
la del día en que dijiste:
“Ya no hay nada entre los dos…”

Desde la segunda mitad del siglo pasado, el Tango fue cambiando junto con su público. Con Ástor Piazzolla empezaría esta nueva etapa, quien fue muy criticado por sus pares de la vieja guardia. Hoy en día, Piazzolla es considerado uno de los referentes máximos del Tango y a quien se le debe la vigencia que aun tiene, gracias a que su “música contemporánea de Buenos Aires” –como le respondió a quienes dijeron que lo que él hacía no era tango– supo entender la evolución que necesitaba.

Ya en este nuevo siglo, Tanghetto y Bajo Fondo Tango Club continúan con esa visión del Tango que impulsó Piazzolla, pero con la incorporación de elementos electrónicos que mezcla el tango con la música dance. El reconocido Gustavo Santaolalla, dos veces premiado por el Oscar a la mejor música para una película, es uno de los tantos integrantes de Bajo Fondo que une a uruguayos y argentinos. Esta nueva versión del Tango genera encuentros y desencuentros entre críticos y el público más reacio al cambio. Tal vez serán futuros Piazzollas o son solamente modas modernas, una respuesta que sólo el tiempo podrá darnos.